Como ya sabemos un pigmento natural es aquella sustancia que provee de color y que viene de una planta, animal, vegetal, etc.
Muchos de estos pigmentos por naturaleza son muy estables y de fácil conservación, sin embargo hay otros que tienden a oxidarse a cambiar o a perderse con el paso del tiempo. Para evitar este tipo de reacciones es necesario crear lacas, así como secar de manera segura aquellas plantas que son de temporada para poder disponer de ella más adelante.
Existen tres maneras de conservación segura y seca, de la forma en que quieras trabajar con ellas dependerá de la técnica de secado que utilices:
a) Secado por reducción calórica, esta técnica va dirigida principalmente a aquellos pigmentos laca cuyo origen el liquido y debemos retirar toda el agua para conservar solamente el pigmento.
b) Por deshidratación de las plantas: Es cuando secamos de manera adecuada las plantas que son de temporada como el yauhtli, cempoalxochitl, etc. por medio de deshidratadora o de modo natural. Este proceso evitará la oxidación de las plantas y permitirá conservar en mayor grado sus componentes tintóreos.
c) Adición de cargas: Esto ocurre cuando un pigmento es de base líquida y no se puede reducir con calor, entonces será necesario adicionar una carga (tierra orgánica) específica que permita absorber el tinte y convertirlo en polvo.
Por otra parte la conversión de pigmentos “normales” a lacas se lleva a cabo por medio de la adición de sales metálicas que también fungen como entonadores, de modo que, los pigmentos en polvo que hayas almacenado pasando por cualquiera de estos tres procesos estarán listos para usarse en el momento que así lo desees.
Si logramos la estabilidad química del pigmento seco por medio de la adición de sales metálicas o la generación de compuestos base, obtendremos pigmentos secos de alta calidad diseñados para almacenamiento temporal y que podrán ser utilizados de manera sencilla y rápida en el teñido de textiles